viernes, 10 de diciembre de 2010

“Lo que posees acabará poseyéndote”

Hace poco me dio por volver a revisionar “El Club de la Lucha” (por enésima vez), película que pese a su engañoso título no es únicamente de acción. Contiene un mensaje (uno, de los múltiples que transmite, del que hablaré hoy) a mi parecer muy interesante, y que últimamente me da para reflexionar: el consumismo.

Y es algo que me trae por la calle de la amargura estos días. Nunca pensé que sería algo de lo que me preocuparía, pero más aún en estas fechas es como para hacérselo mirar. Las personas somos como un rebaño de ovejas que se dirige sin pensar a las tiendas para comprar, coger, pedir y acabar deseando objetos que, pese a lo que nos atraigan, en el fondo no nos darán una felicidad plena. Sí, suena a topicazo, pero personalmente pienso que es totalmente cierto (de hecho, los tópicos por algún motivo tienen que crearse, no?)

Y todo esto viene porque yo, hasta hace no mucho, conservaba con gusto una colección de videojuegos bastante decente, que por diferentes motivos tuve que ir vendiendo (lo cual en mi vida había hecho) para conseguir dinero. El tema es que al principio me dolió en el alma, pero según me fui deshaciendo de ellos poco a poco, hasta vender un total de 30 aproximadamente, me quedé con una cantidad ínfima comparada a la que tenía... y soy feliz. No, no me morí, y sí, estoy igual que antes, a excepción de la pérdida de esos objetos que tanto apreciaba, pero con un dinerete extra en el bolsillo.

Comencé a pensar entonces que la vida no es simplemente ganar dinero para gastarlo, aunque tampoco es para hacer una montañita con él y quedarte mirándolo, ya que el consumismo, como todo, en exceso es perjudicial.


"Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas o siendo esclavos oficinistas...
La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia: desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."

2 comentarios:

  1. Salietti

    Me encantó. Personalmente yo también creo en este tópico típico. La vida está para coleccionar ya sean objetos o momentos. Pero mientras recolectas el siguiente objeto, proceso continuado en el tiempo, los coleccionados no te sirven para nada. Entonces, ¿para qué guardarlos? Mejor es usarlos en provecho para asegurarte la colección de recuerdos mejores. Supongo que somos aspiradoras que expulsamos todo lo que aspiramos y por ello nunca llegamos a sentirnos llenos. Simplemente porque cuando expulsamos cosas en nuestro provecho no queda nada de ello dentro. Y, paradójicamente, nos sentimos más vacío cuanto más llena esté la aspiradora.

    Creo que lo que recolectamos debe ser algo que queramos de verdad, sino al ser "expulsado" se llevará consigo todo lo importante que se ha recaudado a lo largo del tiempo.

    Es decir, si te pones metas en teoría importantes nunca llegarás a darte cuenta de las pequeñas cosas que has conseguido en el camino. Por ejemplo, un niño trabajando para conseguir un juguete concreto no se dará cuenta de las experiencias vividas porque sólo tiene en mente ese juguete y cuando lo consiga se sentirá vacío porque explusó todo lo que no le servía, usando el término explusar como dejar olvidado.

    En fin, no me extiendo más que es tu entrada!

    Muy buena!

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  2. Muy acertado para estas fechas en la que la mayoría de las personas ( entre las que me incluyo) parece celebrar la entrada en el sistema capitalista, que el verdadero motiva de la navidad.

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